Todos los 31 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Visibilidad Trans, fecha adoptada para celebrar la comunidad trans en todo el mundo y reivindicar sus derechos. Este día fue elegido en el año 2009 por la activista transgénero Rachel Crandall para sensibilizar sobre la realidad que viven y visibilizar su lucha contra la discriminación.
En este contexto de pandemia, donde es necesario cumplimentar las medidas de aislamiento social preventivo y obligatorio, nos parece fundamental reflexionar sobre las posibilidades reales que transitan las poblaciones más vulnerables, entre ellas, la comunidad trans.
Con un promedio de vida de 35 años, muy por debajo de la expectativa de vida del resto de la población, y estimando que entre un 80 y 90% viven en situación de prostitución como única salida ante las dificultades de acceso a empleo formal, las necesidades se agravan en un momento como este.
En momentos de crisis las condiciones de desigualdad se profundizan siendo escasos los medios de subsistencia y quedando expuestas a amenazas de desalojos con el riesgo a quedar en situación de calle.
En los últimos años, la violencia contra las personas LGTBI aumentó. Los transfemicidios y travesticidios configuran crímenes de odio que suceden a diario en nuestro país y en todo el mundo.
Las personas trans conviven con situaciones de violencia, y muchas de sus historias relatan discriminación y exclusión.
Hoy el impacto de las violencias se agrava frente a la situación de aislamiento.
Celebramos las conquistas que han adquirido durante los últimos años, aunque todavía falta para que muchos de los derechos más fundamentales sean efectivos y garantizados.
Sigamos contruyendo una sociedad solidaria, con igualdad y respeto a la existencia y dignidad de todas, todos, y todes.