“Mi decisión debe ser respetada”

Semana Mundial del Parto Respetado 2020, del 17 al 23 de mayo.

La Semana Mundial del Parto Respetado se celebra cada mayo desde el 2004 por iniciativa de la Asociación Francesa por el Parto Respetado, cuyo objetivo es alzar la voz y generar conciencia para que el nacimiento vuelva a ser considerado un proceso natural, en el que se respeten los derechos de madre y su familia.

¿Qué es un parto respetado?
Cuando hablamos de un parto respetado o humanizado, nos referimos a darle a cada mujer y persona gestante un proceso de parto en el que se privilegian sus decisiones, bienestar y salud como protagonistas, dentro de un ambiente natural y de respeto.

El concepto va más allá del momento de parir y abarca situaciones como estudios previos, consultas, muerte perinatal, abortos y diversos momentos de atención sanitaria de la mujer en momentos fundantes de su vida sexual y reproductiva.

Normativa nacional
En Argentina contamos con leyes nacionales que amparan nuestro derecho a decidir sobre nuestros partos: La ley N°25.929 de Parto Respetado; La Ley N°26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres; Ley N°26.529 de Derechos del Paciente.

Tenemos derecho de estar acompañadas todo el tiempo por la persona que queramos, a que no nos separen de nuestro bebé, a recibir información sobre toda práctica a realizarse sobre nosotras o nuestros hijos/as, a no ser infantilizadas ni juzgadas y a la libertad de movimiento durante el trabajo de parto, entre otros. Nuestras decisiones deben ser respetadas y todo maltrato ejercido por el personal de salud hacia las personas gestantes, como el aislamiento, las amenazas, la infantilización, la realización de prácticas sin consentimiento previo, constituyen actos de violencia obstétrica. 

Violencia obstétrica
Es una modalidad de violencia de género que implica todo maltrato ejercido por el personal de salud hacia las personas gestantes, como el aislamiento, las amenazas, la infantilización, la realización de prácticas sin consentimiento previo.

No es un fenómeno aislado, sino que se encuentra naturalizado y extendido en gran parte en sistema de salud, dificultando su reconocimiento tanto para el personal de salud como para pacientes.

“Para defender la autonomía de las mujeres, hay que dejar de considerar la maternidad como destino y comenzar a verla como un trabajo de amor, que para ejercerse a plenitud implica algo previo: el deseo”.