ada 11 de febrero recordamos a Elizabeth Blackwell, quien fuera la primer mujer en obtener su título de médica en 1849. Tal vez sin proponérselo, fue la responsable de abrir el camino para que millones de mujeres pudieran dedicarse a la Medicina.
En nuestro país, Cecilia Grierson fue la primera graduada de medicina en 1889, convirtiéndose en un símbolo de lucha y de entrega, una mujer que en pleno siglo XIX supo convertir obstáculos en desafíos.
Hoy es una fecha especial para darle voz a una parte indispensable dentro del sector sanitario que aún en estos tiempos, representando más del 65% de estudiantes, atraviesa dificultades por su condición de género, expresadas en el fuerte poder masculino de ciertas especialidades y prácticas, inequidad salarial, trato discriminatorio, trabas para el acceso a cargos de jerarquía, residencias y espacios laborales.
Además, con la pandemia han sido principalmente las mujeres quienes tuvieron que sostener las tareas del hogar, de cuidado y de crianza, además de desempeñar tareas en sectores que están en la primera línea de combate contra el COVID19, profundizando la doble y hasta triple jornada laboral.
Identificar los factores que generan estas desigualdades en el ámbito de la salud nos lleva a tomar medidas activas para romper la brecha de género, a través de campañas de sensibilización y formación con perspectiva de género, acciones contra el acoso sexual y/o laboral, la violencia institucional, trabajar para su prevención y establecer protocolos para la denuncia, intervención y sanción de las prácticas sexistas.
Acompañamos el proceso de cada mujer, construyendo una facultad más inclusiva e igualitaria.